Olga
Orozco
(1920-1999)
Una rafaga de viento
Una ráfaga de viento
descolgó mi luna, Orozco.
La arranco de cuajo
y la coloco frente a mi
parecida al globo de azogue rojo con imágenes reflejadas
recuerdos en la memoria de un pájaro ciego.
Solo
el viento decide su suerte y su camino.
Tanto destino malgastado, aniquilado
me trae tristeza y perros muertos.
Cuanta
pena y arrepentimiento.
Tendré razón ...?
O es solo el comienzo de algo que sube
y su destello brillará mas que antes.
Horas felices que no supe ver ni oír.
Los
perros muertos que me tocan son míos
no supieron escapar a su propio destino.
No
todo es tan oscuro para mi
No puede ser.
No hay tanto espacio suficiente dentro de este placard
Aunque el juego cerro sus apuestas
estiró las sabanas; para ver mejor mi soledad
y el aire se volvió denso, con un olor amargo.
Miro por la hendija que nunca utilicé
y esa luz me conmueve
rompe el maleficio
sube ... sube ... sube... Orozco;
y me trae el olor de una naranja.
julio cesar gilardoni
bs as 2004 |
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