CUADROS
DE UNA EXPOSICIÓN
Por: Rodrigo Fernández

A
manera de prólogo
Dicen
que por un decreto divino, el hecho de nacer
en TOAY viene envuelto con el orgullo de los
paisanos de pertenecer al paisaje de la llanura
pampa. Esta circunstancia contiene, entre
otras cosas, la sensación de fragilidad de
los nativos en las llanuras, ante los horizontes
planos e infinitos, junto a la espontánea
poesía que implica el abrir los ojos bajo
una bóveda de azules desaforados.
Ubicado en un espacio lejano y sin olvidos,
TOAY viene |
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a ser algo así como la materialidad del amor en
estado de pureza.
Una suerte
de vibrate emocional íntimo y constante en la continuidad
del tiempo, una gratificante calidez interior ante
los hechos puntuales, aquellos que un día cualquiera
entre los otros días, reciben una señal de los dioses
y quedan anotados en el registro del futuro para
regocijo del alma. La vida en TOAY tuvo esos momentos,
entre arenas y eucaliptus, cuando la revelación
de los despertares. De allí partió una historia.
Ahora estamos sintiendo que el futuro es hoy porque
el tiempo ha transformado los recuerdos en relatos,
los relatos en cuentos, los cuentos en historias,
las historias en leyendas, las leyendas en fantasías...
y las fantasías pueden desdeñar a las espinas para
escribir un poema que nos regresa a la pureza de
los amores iniciales.
Esta secuencia maravillosa evoluciona dentro del
alma y va recorriendo las entretelas del espíritu
mientras la cadencia del relato escapa desde la
punta de los dedos hacia un destino de lector.
Entonces ha de ser posible que un nativo de las
arenas aderece el compendio con su propia poesía,
aquella que el Señor ha sembrado en su estructura
interior por el simple hecho de haber nacido en
TOAY, junto al desamparo ante los horizontes infinitos
y los sueños volando hacia una bóveda de azules
desaforados.
CUADROS DE UNA EXPOSICION pretende acercar al lector
cibernauta una versión del colorido hábitat pueblerino
allá por los años 40. Por cierto no resulta fácil
sustraer a la relación algún aspecto autobiográfico,
pero se trata de utilizar la vivencia personal únicamente
como vinculo entre los hechos y el relato.
Como si estuviéramos frente a los cuadros de una
muestra, hemos de buscar la distancia adecuada a
la mejor perspectiva haciendo abstracción de autorías
y protagonismos, dejando que el paisaje de la memoria
desgrane su poema, a resguardo de espinas, años
y lejanías.
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