ES
DIFICIL HACERSE UNA IDEA DEL CALIBRE QUE
TUVO ESTE MALON, PORQUE EL INDIO SABIA LO
QUE SE ESTABA JUGANDO CON ESTA ULTIMA MOVIDA.
SABÍAN LOS PAISANOS LO QUE SIGNIFICABAN
LOS PROYECTOS DEL GOBIERNO, EL AVANCE DEL
FERROCARRIL, ALSINA Y SU PLAN DE OCUPACIÓN
PROGRESIVA DEL "DESIERTO", Y ESO QUE TODAVÍA
EL "DURO" RO CA NO HABÍA ASUMIDO EL PAPEL
PROTAGÓNICO.
El plan de Alsina de ocupar Carhué se puso
en marcha mientras desde la comandancia
de Azul y sobre todo la de Bahía Blanca
se trataba de entretener a Namuncurá con
promesas y conversaciones sobre el tratado
de paz.
Pero en Salinas Grandes no ignoraban los
preparativos y ellos también hacían los
suyos. El malón grande se estaba cocinando,
y de todos lados llegaban a Buenos Aires
noticias como esta: "sabemos que de los
toldos de Mariano Rosas salen grupos mas
o menos considerables para incorporarse
a Namuncurá a fin de invadir el sur de esta
provincia".
Empezaron también algunas maloqueadas al
mando de Pincén y otros caciques en distintos
puntos de la frontera, pero el aliado más
buscado por Namuncurá, como lo había sido
en su tiempo para Calfucurá, era la tribu
de Catriel, y fue el propio gobierno el
que empujó a estos últimos a unirse a sus
hermanos.
La sublevación Catrielera
El gobierno quiso sacar a los Catriel de
los campos que habitaban y llevarlos más
lejos. Juan José pidió algún plazo para
levantar la cosecha, después anunció unos
bailes luego de los cuales alzarían sus
toldos y marcharían a sus nuevas tierras.
De este éxodo tenemos el testimonio del
ingeniero Ébélot, en su libro Frontera Sur:
"Yo estaba parapetado en ese fortín
de Aldecoa. Durante cuatro horas vimos sucederse
los bosques de lanzas y los inmensos arreos
de vacas y caballos.., al fin aparecieron
las muieres y los niños de la tribu de Catriel.
Dada la señal del cacique, todo el mundo
montó a caballo en busca de otro horizonte."
El caso es que ni bien se pusieron en marcha,
Juan José y los suyos soltaron los alaridos
de guerra, enristraron las lanzas recién
afiladas y se sumaron al malón de Namuncurá
(que teóricamente se había arrimado a Azul
con los suyos a proteger la salida de Catriel).
En el diario El Heraldo del Sur se podía
leer: "El ministro de guerra (Alsina)
se ha lucido, todavía está fresca la tinta
con que firmó con Catriel el tratado por
el cual se obligaba a dar a los indios de
este cacique campo para establecerse...
todavía resuenan los brindis con que el
doctor coronel celebraba la alianza y ya
la alianza firmada está rota y ya Catriel
está aliado de hecho con Pincén y con Namuncurá
y ya está sublevado contra el gobierno...
y ya tres mil indios sitian e invaden los
pueblos fronterizos y se esparcen por la
zona más rica de la provincia, arreando
los ganados y dejando como de costumbre
en pos de sí la miseria, la orfandad y la
muerte."
Las cifras hablan de 5.000 lanzas que arrasaron
Azul, Olavarría y otros departamentos vecinos,
se llevaron 300.000 cabezas de ganado, 500
cautivos y dejaron 200 muertos. El fuego,
el saqueo y el degüello fueron la feroz
respuesta de Namuncurá y Catriel a los planes
del gobierno.
El último contraste que tuvo este malón
fue el combate en la Laguna Paragüil -actual
partido de General Lamadrid, al sudoeste
de Olavarría de Namuncurá y Catriel. Sería
su última batalla. Juan José y los suyos
se establecerán a partir de entonces al
sur de La Pampa, en el lugar llamado Troycó
o Traicó -con este nombre hay una estancia
y un grupo de lagunas correntosas al sur
de Jacinto Aráuz-, hasta que comenzó el
avance del ejército expedicionario en 1878.
En abril de 1876 las fuerzas del coronel
Levalle ocupaban Carhué, para siempre, y
para el indio empezaba la larga retirada.
Diario
"La Arena" SUPLEMENTO 1+1 "Indígenas"
- miécoles 17 de octubre - Año 2001 - Pag7
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