Los Liébana

Historias de vida
De España a Toay.
De Toay a Buenos Aires.
La visita y el corazón recurrentemente en Toay.
Los Liébana
( no Liébano como tradicionalmente los llaman en Toay).
Hoy
Vicenta
“De chica anduve de linyera en el mundo.”
La Cita
Tarde de enero. Un día diferente. Después de tanto calor, sentir el viento fresco no es habitual.
Momento oportuno para un encuentro. Doña Vicenta María Liébana nos espera,
en su casa de la infancia,
en su casa de siempre,
para siempre en su corazón. Hoy una avenida poblada de autos que van y vienen, y gente, constantemente gente…
Nada es igual a aquel entonces, donde todo era campo, inmensidad, caldenes…
y el sonido del tren,
inundando ese espacio, percibiendo los ecos sordos de las vías que hacían latir |

Vicenta Liéabana |
la tierra, el rezongo de los trenes, los silbatos, las campanadas, rituales del imponente de hierro,
desde el alba hasta la última estrella. Doña Vicente tiene la mirada clara. Un verde tenue salpicado con suave pardo, y luz, mucha luz en esa mirada transparente, que por momentos brilla de felicidad, por otros de mansa nostalgia, hasta que asoman lágrimas sentidas cuando nombra, y vuelve a nombrar dos palabras: “¡Mamá , Papá!”, con una ternura que le germina desde adentro.
Su voz es dulce. Todo su ser es un tinaja de palabras que brotan desde su alma.
Su orgullo es la familia,
y el eje,
cimiento,
puntal,
centro de su vida,
sus padres,
siempre ellos presentes en cada relato.

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