Por
la Huella del Tigre
Caminos
de Nahuel Payún

Boletín
cultural de entrega gratuita
(Edición
digital)
¡
Adónde fue el tren?
El
tren.
Un descuido fue perderlo. En aquellos
tiempos, cuando estaba el tren, había
ilusión, alegría... Daba
gusto mirarlo... trasladaba cereales,
pasajeros y ganado. Ahora no dá
gusto porque hay tristeza, abandono, olvido,
silencio, desilusión... vías
oxidadas. Igual me gusta ir, escuchar
el canto de los pájaros, ver en
las vías pasar los cardos rusos,
ver caldenes y arbustos.
Los inmigrantes se ponían contentos
cuando llegaban a Toay. En el 2001 todos
tenían fe de que no se iba a ir,
pero finalmente se fue. Todos nos quedamos
con la boca abierta cuando en la televisión
anunciaron que no circulaba más.
Hoy lo estamos esperando.
Nicolás
Alcaráz (Sexto C)
La soledad del tren
Hoy hace más o menos 108 años
(1897) que el tren viene a Toay. Pero
todavía tenemos las mismas esperanzas
de hace 108 años.
La gente casi siempre viajaba a Bahía
Blanca, pero ahora ya no lo hace. Las
personas están tristes. Las vías
están abandonadas, con cardos
rusos circulando por ahí y pastos
largos. No se escuchan las campanadas.
Por eso el pueblo se siente vacío,
desolado, sin el tren. Solo a veces
viene a cargar cereales. Antes transportaba
ganado, cereales, alimentos, personas
y cartas. La gente, los chicos y ancianos
caminaban corrían y jugaban en
su andén.
Hoy hay tristezas y solo quedan esperanzas.
Yanina
V.
Antes
Antiguamente el ferrocarril era una
alegría para la gente de Toay.
Escuchar el pitar del tren era una costumbre
para el pueblo.
Ahora es un lugar con recuerdos y tristezas,
es soledad, olvido y silencio. Es la
desolación. Los galpones vacíos
con pájaros anidando en sus techos.
Los cardos rusos van y vienen por encima
de la vías. Es una parte de Toay
olvidada.
Natalia
y Cecilia
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