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UNA
NUTRIDA HISTORIA FUE EL ORIGEN DE SU VIDA CENTENARIA |
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de Julio de 1894 Toay, una historia que comenzó antes de la fundación
real. Una identificación de sus expectativas con las expectativas
de toda La Pampa en esa era fundacional. Iba a definirse el futuro
institucional del territorio naciente y de ello y otras cosas también
dependía el porvenir de cada pueblo. La historia de Toay se inició
antes, sobre todo con los entretelones de la lucha y los intereses
por establecer la capital. Una capital que era General Acha, que iba
a ser Toay y que, finalmente, fue Santa Rosa. Las tres comunidades
tenían sus argumentos y con el tiempo, para cada una se definió su
destino. Testimonios de iniciativas particulares, acciones militares,
legislaciones contrapuestas sobre la capital y de planes y realidad
acerca del ferrocarril, conforman el contorno de la puesta en marcha
de la población toayense. Esa variedad de elementos constituye el
cimiento del Toay de hoy, a más de cien años del 9 de julio de 1894
-aniversario del Día de la Independencia-, en que Juan Guillermo Brown
concretó la idea de una localidad, que en el último censo fue la sexta
de la Provincia en número de habitantes. El fortín, el pueblo La historia
previa, aunque posterior a los tiempos indígenas, se estima comenzada
con un almacén de campaña que señala Fernando Aráoz en sus investigaciones,
como existente hacia 1881. El dueño fue Joaquín Llorens, de participación
activa en la trayectoria inicial del pueblo. De recopilaciones existentes
en Investigaciones Culturales de la Provincia, también obra de Aráoz,
surgen hechos sobre Toay, que en 1882 recibió ya el nombre de Fortín
Toay, originado en las fuerzas militares de Ernesto Rodríguez, fundador
de Victorica, que en el lugar conocido como El Triángulo, erigió ese
fortín, llamado también Campamento Toay. El sitio dejaba de contener
las tolderías y se convertía en fortín, como años más tarde sería
una de las pocas poblaciones de La Pampa antes del cierre de ese siglo.
Un antiguo manantial No hay una versión única sobre el significado
del nombre, pero lo más generalizado es vincular a «Toay» con «rodeo»,
en el sentido de «dar vueltas». Armando Forteza expresa que se trata
de un topónimo pampa y Enrique Stieben se remite a Alvaro Barros,
que en «Fronteras y Territorios» habla de «Tuay», como «vuelta» o
«volverse». Stieben se refiere asimismo a «rodear» y lo vincula a
un manantial que con el tiempo se secó, ubicado a unos 4.000 metros
de la población actual. Hace 100 años, la fuente estaba rodeada de
caldenes excepto del lado oriental y había que dar un rodeo para acceder
a ella. Agrega el mismo autor que durante mucho tiempo, desde cerca
del manantial se veían los restos de aquel fortín. A su vez, en el
Libro de Oro del Centenario de la localidad, José Carlos Depetris
rescata la traducción «rodeado» y al "... pequeño valle rodeado
de médanos y de un tupido monte de caldenes". Destaca asimismo
«la justeza y precisión que tenía el indígena para nombrar sitios
o dar referencia de ellos» y se extiende en denominaciones indias
inspiradas en la naturaleza. Zona de cría ganadera Formas de actividad
económica se iban generando y entre los antecedentes prefundacionales
figura una pulpería, como también se consigna la faena de la esquila,
como importante gestora de mano de obra en la incipiente vida ganadera.
La ganadería en Toay y su zona fue, a través de todo el siglo, fuente
fundamental de recursos, traducida en la magnitud empresarial y feriera.
Se trata de un área eminentemente de cría. El departamento Toay, como
el de Utracán y el de Loventué, son el intermedio entre La Pampa del
Este y la del fachinal y las áreas del Oeste, en que también es tradicional
el trabajo de cría de ganado, aunque con lento desarrollo. La frustrada
capital Aráoz y Forteza coinciden en registrar las alternativas de
las gestiones por constituir en Toay la capital de La Pampa Central.
Comienzan con el proyecto de Benito Villanueva dueño de las tierras,
de efectuar una cesión gratuita para que allí se fundara la capital
pampeana futura, aspiración aceptada por Acuerdo General de Ministros
el 24 de agosto de 1889. Tales áreas habían pertenecido a Joaquín
Viejobueno, que las vendió al senador Villanueva. Las tierras cedidas
comprendieron 100 manzanas, además de quintas, chacras y montes. La
mensura se encargó a Gustavo Wasselhoefft y el Poder Ejecutivo Nacional
terminó por aprobarla en 1901. Sin embargo, lo que para Villanueva
fue una medida auspiciosa, cambió rápidamente. Un decreto nacional,
también de 1889, suspendió el traslado de la capital «hasta otra oportunidad»,
argumentado en «el estado precario del tesoro». En 1894, una medida
legal similar declaró a General Acha capital «definitiva» del Territorio,
sede que finalmente correspondió a Santa Rosa, tras otros resonantes
hechos producidos entre 1900 y 1904. La fundación y el municipio Mientras
tanto, ya sin posibilidad de ser capital, en el mismo 1894 Brown fundó
Toay, localidad que por decreto del año siguiente fue designada cabecera
de un departamento que incluía a Santa Rosa, aunque la influencia
del fundador de esta ciudad fue mayor, el decreto se derogó y el gobernador
Eduardo Pico declaró cabecera a Santa Rosa. Finalmente, en 1899 se
creó el departamento Toay, con Toay como cabecera. El mismo año se
constituyó la municipalidad y el propio Brown fue el primer intendente.
También en 1899 se inauguraron el juzgado de paz y el registro civil,
con Juan Fons Artigas como primer titular. Ese otro ferrocarril que
no fue... La historia del ferrocarril inconcluso es uno de los capítulos
especiales de Toay. Era el proyecto de llevar las vías desde el puerto
de Bahía Blanca hasta las provincias de Cuyo, que posibilitara que
la zona cordillerana tuviera comunicación portuaria libre del centralismo
en Buenos Aires. Mas el tren sólo llegó hasta Toay, donde en 1897
se estrenaron igualmente dos ramales, el que ingresó a La Pampa por
Jacinto Arauz y el que lo hizo por Catriló. Quedaron ya entonces,
eslabonadas por un lado, las estaciones de Jacinto Arauz, Villa Alba
(actual San Martín), Bernasconi, Abramo, Hucal, Cotita, Perú, Epu
Pel, Unanue, Gamay, General Acha, Utracán, Quehué, Naicó, Cachirulo
y Toay, y por otro Catriló, Lonquimay, La Gloria, Uriburu, Anguil,
Santa Rosa y Toay, localidad del cambio de convoy. Pero la línea inconclusa
hasta San Luis y Mendoza dejó su testimonio en otra estación, la Estación
del Sur. Las connotaciones de ese pasado motivaron también semblanzas
periodísticas y literarias, como la producción televisiva «Toay perdió
el tren», guión de María Regina Covas, distinguida entre las series
dirigidas por Juan Carlos Gerardo y difundidas por Canal 3, que constituye
uno de los aportes más expresivos de las alternativas vividas por
la comunidad de Toay. Caminos para ganarle a los médanos Los médanos
cercanos caracterizan la zona. Allí se levanta Toay que comprende
como arteria principal la Avenida 9 de Julio (fecha de fundación)
y perpendicular a ella está la Avenida Brown (apellido del fundador).
La 9 de Julio se comunica con la Avenida Juan D. Perón, que une Toay
y Santa Rosa. La conexión de ambas comunidades tuvo tres etapas: la
del viejo camino que bordeaba los médanos, la posterior con asfalto
rodeado de eucaliptus y la actual, sobre el mismo piso anterior, con
el nombre que recuerda al ex presidente Perón, adoptado por los dos
municipios. Organismos y entidades En 1896, mediante una estafeta
se habilitó el servicio de correo. En el mismo tiempo, aunque no hay
constancia del momento preciso, se creó la comisaría y en 1938 se
habilitó su edificio actual. Entre los organismos públicos, cabe destacar
al Establecimiento Asistencial que lleva el nombre del «Doctor Segundo
Taladriz», en memoria del recordado galeno. En 1944, un kilómetro
al Noreste del pueblo se instaló el entonces Regimiento 13 de Caballería,
en predio que continuadamente hasta el presente, sirve de asiento
a unidades militares. Sobre las instituciones civiles, ya en 1900
se conformó la Asociación Italiana y en 1902, la Asociación Española.
En 1921, se creó la Biblioteca Popular, servicio que ahora tiene sede
en la avenida 13 de Caballería, arteria que comunica la sede militar
con el pueblo. Dentro del quehacer social-deportivo, en 1933 se fundó
el Club Sportivo Toay y en 1960, Guardia del Monte. Por medio de sus
actividades y el uso de sus instalaciones ambas entidades se insertaron
en la sociedad. Asimismo, de Toay fue oriundo un automovilista constituido
en figura relevante del país, Juan Ernesto Tamborini. Toay cuenta
también con el Parque Aborigen, con infraestructura recreativa y arboleda
abundante, activado en la última década. Puede registrarse, además,
el Club de Caza «Mapú Vey Puudú», que si bien tiene sede en Santa
Rosa, posee su campo de deporte en el área de médanos del ejido de
Toay, a poco del Iímite entre las dos jurisdicciones comunales. Actividades
y servicios Como homenaje a la cultura y el arte, Toay conserva la
casa donde de niña vivió Olga Orozco, a quien Teresa Girbal, en sus
«Estudios de Literatura Pampeana», de 1981, asocia fuertemente con
la localidad, al decir que "... es la patria chica de Olga Orozco,
que quizás yo no hubiera mencionado si en los extraños paisajes del
sueño y de la memoria, la escritora no la hubiera conservado hasta
su obra actual". De la vida religiosa, hay referencias que ubican
al pueblo como el primero en contar con oratorio salesiano en La Pampa.
Asimismo, desde muchas décadas atrás se ejercieron diversas formas
de periodismo. Ya alrededor de 1920 había una revista y periódicos
y en 1933 salió al aire la primera propaladora. El servicio eléctrico
fue provisto por una usina que por acción del vecindario se puso en
funcionamiento en 1942. Desde 1949, la localidad se halla interconectada
al sistema de la cooperativa de Santa Rosa. La faz educativa El 1°
de marzo de 1897 abrió sus puertas una escuela primaria mixta, a la
que siguieron otras, incluso dos casas de enseñanza media, una con
clases diurnas y otra con horario nocturno.Las escuelas primarias
actuales son la N° 5, la N° 62 y N° 205. En la zona también se encuentran
la N°125 de Colonia Chapalcó, la N° 126 de El Estribo, la N° 188 de
Colonia Roca, la N° 231 de La Araña y la N° 235 de Valle Nerecó. Los
índices demográficos En materia poblacional, Toay no fue excepción
dentro de la emigración general que sufrió La Pampa, especialmente
de 1930 al '70. No obstante, conserva su piso con varios miles de
habitantes. Con los avances y retrocesos poblacionales tienen que
ver las oscilaciones en el desarrollo económico. Sobre la etapa del
éxodo, dice Aráoz que «existe un estado de estancamiento demográfico
bien definido entre 1920 y nuestros días» y lo vincula con la caída
de las actividades productivas, en Toay y su zona de influencia. Sin
embargo, en cifras absolutas el registro urbano no descendió. Los
censos mostraron: 1920:1.863 habitantes 1935:1.900 habitantes 1942:1.907
habitantes 1947:2.457 habitantes 1960:2.040 habitantes 1965:2.240
habitantes El censo de 1991 precisó 5.526 pobladores en el sector
urbano y 707 en el área rural respectiva, que sumados a los 28 habitantes
de Cachirulo alcanzan a 6.261 en el total comunal. La cantidad de
habitantes en el campo se muestra considerablemente inferior a la
de varios censos atrás. En 1947, por ejemplo, fueron entre tres y
cuatro mil habitantes, frente a sólo 707 de 1991, lo que en el caso
de Toay, se contrarresta al haber crecido el número en la planta urbana,
circunstancia que no se dio en la mayoría de las poblaciones pampeana
Fuente:
"Los Pueblos de La Pampa", (Apuntes sobre su nacimiento,
su historia) - 2da Edición Año: 1999 - Autor: José H. Alvarez |
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