Como aquella primera huella que se marcó en
el médano solitario de mi pampa siguiendo el
rastro azul de los sueños ajenos, así
fui volviendo de a poco… Sometida a las ilusiones
que mi alma cultivaba, recorría la noche aún
extraña buscando algo que se pareciera a lo
que mis ojos cerrados habían visto.
Alguien que buscara la aventura entre las frases inconclusas
de algún Borges alegre. Esas cosas de la vida
como mirar
la luna llena al fin acompañada, de ser Cruz
del horizonte
pero no un madero fijo en el techo de alguna chacra.
Sin buscar se encuentran las cosas o muchas veces
esas cosas nos encuentran a nosotros. Cambiar el rumbo
de la letra y hacerse más profundo como el
mar y entre eso también ser misterio y sorpresa.
Así unos cuantos granos de arena hicieron la
montaña
de pensamientos y de a poco fuimos volviendo. Sin
romper tradiciones sino amarrándolas así
de fuerte a las raíces
de otras culturas y hacerlo grande.
Un año nuevo comenzó y ya está
completándose la fuente, estoy volviendo de
a poco por la orilla de alguna ruta sin badenes ni
líneas. Rutas donde corre el viento gris exiliado
de ciudades, donde la flor más hermosa se llama
cardo, la luz más clara en la noche es la de
una estrella.
Estoy volviendo de a poco con los bolsillos de mi
saco
llenos de arena y sueños, llenos de frases
esperando ser terminadas...