La educación es un complejo
proceso en el cual existen muchísimos elementos
interrelacionados y está, además, estrechamente
ligada a todas las actividades sociales y áreas
de conocimiento.
La enorme acumulación de conocimientos, las
experiencias transcurridas y recordadas desde que
el hombre por primera vez levantó una vara
para bajar un fruto, desde el primer fuego se han
ido sumando; nuestros antepasados han sabido reconocer
su utilidad y transmitir enseñando esos conocimientos
a nuevas generaciones, que a su vez, agregaron nuevos
conocimientos que modificaron las formas de idear
y de crear los modos de ver el mundo que nos rodea
y sugiriendo nuevas tácticas para resolver
problemas.
Se vincula también con todas las áreas
del conocimiento, con todas las edades y todos los
ámbitos sociales; se relaciona a lo afectivo,
a lo moral y a lo cultural, a lo cotidiano y a lo
práctico, a lo individual y a lo comunitario,
a lo político, a lo económico…
La enseñanza ha existido desde tiempos remotos,
mucho antes de que se sistematizara en aulas con libros,
cuadernos, con contenidos y métodos preestablecidos;
la enseñanza se ha nutrido de las demás
ramas sociales, exactas y naturales; y ha sido, por
sobre todo, el elemento clave para la "evolución"
de los humanos.
La educación es, entre otras
cosas, un instrumento que se utiliza para traspasar
conocimientos de una generación a otra, una
sucesión de conocimientos que se van acumulando
y renovando con cada generación; es además,
una interrelación continua desde el nacimiento,
es decir que desde que el niño nace los padres
van enseñándole particularmente modos
de comportarse y formas de ver el mundo que le rodea;
esta razón hace de los padres los primeros
educadores. Muchos son los conocimientos que se transmiten
y son además válidos y útiles
socialmente: caminar, hablar, saludar, comer determinada
cosa y no otra, leer, escribir, nadar, otros conocimientos
de tipo moral, emocional y afectivo, entre otros.
La conquista del conocimiento es un proceso lento
y continuo y se necesita tiempo y paciencia para que
un conocimiento se incorpore, se acomode a esa cabecita
y se integre en una aplicación. Vigotsky plantea
la teoría del aprendizaje social y hace alusión
a que el niño aprende constantemente de su
entorno, esto nos pone a nosotros (los adultos) como
modelos de su constante aprendizaje y nos obliga también
a aprender.
Este modo de aprender continuo que tienen los niños
nos exige una atención constante en dos sentidos.
Primero que cualquier momento, una conversación,
un juego, un cruce de miradas puede ser válido
para una enseñanza y un aprendizaje, y segundo
nos exige atención para con nuestros actos,
nuestras conversaciones, nuestros programas de televisión,
nuestros libros, nuestras costumbres y ritos.
Ahora bien, una pregunta inevitable es ¿qué
enseñamos a nuestros niños, qué
conocimientos ponemos a su alcance? Decidir cuáles
deberían ser esos conocimientos es una ardua
tarea, quizá la pregunta que nos haría
el camino más corto sería ¿para
qué enseñamos a nuestros niños,
cuál es la razón para acercarles tal
o cual conocimiento? Las respuestas a estas preguntas
no son sencillas y exigen una reflexión colectiva
entre padres e hijos y en la comunidad entera, a través
de una comunicación abierta al diálogo
y que fomente la tolerancia y la comprensión
del otro.
Para responder estas preguntas La Educación
del nuevo siglo a través del informe Delors
(La Educación encierra un tesoro), documento
pedido por la UNESCO a una comitiva encabezada por
Jacques Delors, propone cuatro pilares fundamentales:
aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir
juntos y aprender a ser. Padres y docentes deberían
trabajar en conjunto, pero en distinto grado de profundidad,
y acercarle al niño conocimientos teniendo
en cuenta estos cuatro pilares: Saber, Saber hacer,
Saber convivir y Saber ser.
Es importante que los padres se acerquen a la escuela
y que los docentes sean capaces de guiar a los padres
abriendo espacios de reunión y debate, proponiendo
alternativas creativas y buscando junto a los padres
el bienestar de los pequeños.
Autonomía infantil
La independencia o autonomía
infantil es un factor importante en los primeros años
de vida, sin ella el desarrollo cognitivo se trunca
y repercute en la vida social. La autonomía
no es un conjunto de hábitos para poder realizar
las tareas por sí solos, sino que se da con
el desarrollo de la personalidad; no es sólo
hacer, sino también tener iniciativa para realizar
tareas, pensarlas por nuestra propia cuenta. Esta
independencia no empieza en los niños sino
en los padres que deben poder dejar que sus niños
se ocupen, en la medida de sus posibilidades, de sus
propias cosas. En este proceso la autoestima cumple
un papel fundamental, pues en ella el niño
apoyará la iniciativa de intentar hacer él
mismo las tareas (¡yo! te dicen). Es importante
que los adultos estimulen la autoestima para que el
niño se sienta seguro de sí mismo para
poder ir enfrentando los retos o desafíos que
se le presentan a diario. Tal vez por comodidad, o
para evitar que se hagan daño, o porque no
se confía en las capacidades de reacción
del niño es que se interfiere en el proceso
de la Autonomía Infantil; sobreproteger al
niño adelantándose a sus movimientos
e impidiendo que resuelva sus propios problemas no
ayuda al desarrollo de la autonomía. Los padres
deben ser un punto de referencia y no un mayordomo
servicial, no es sencillo mantenerse al margen cuando
el niño está haciendo una tarea y no
le sale como a uno le gustaría, o escuchar
esos enojos y llantos porque las cosas que quieren
hacer no les salen, pero es necesario para que se
desarrolle la autonomía dejar que, en la medida
de sus posibilidades, ellos mismos resuelvan sus propios
problemas; es más importante, en este proceso,
el papel que cumplen los padres que la predisposición
del niño.
Es primordial, que cada padre reconozca las capacidades
del niño para poder ayudarlo en la medida justa
y no solucionarle problemas cotidianos que él
puede resolver solo; estimular al niño cuando
realiza bien una tarea con frases positivas como "Te
felicito por lo que has hecho, muy bien" o "Yo
sé que lo harás" o "Creo lo
que me dices"; dejarlo cuando intenta hacer alguna
tarea solo, aunque ensucie y se ensucie; presentarle
opciones y respetar su decisión contestando
sus preguntas pero haciéndolos pensar, enseñándoles
a buscar soluciones fuera del seno familiar y por
sobre todo no desanimándolos en sus planes.
La autonomía es el instrumento fundamental
para que el niño se relacione con el entorno
que le rodea y con los demás.
Los niños aprenden a ser autónomos en
las pequeñas actividades diarias que desarrollarán
en casa, en la guardería o en el colegio; ellos
desean crecer, quieren demostrar que son mayores en
todo momento. Les toca a padres y educadores la aplicación
de tareas que ayuden a los niños a que demuestren
sus habilidades y sus esfuerzos; poner, recoger, guardar,
quitar, irse al baño, comer solos, etc., son
acciones que ayudarán a los niños a
situarse en el espacio en que viven, y a sentirse
partícipes en la familia y entre sus amigos.
Entrevista - con Silvina Ferreira,
coordinadora del taller creativo para padres "Casa
de Familia", Córdoba.
En la actualidad, ¿qué rol cumplen los
padres en la educación de los niños
pequeños antes de ingresar a la etapa escolar?
S. F.: El rol que deberían cumplir es el de
sostén, el de permanencia, el de cuidado, el
de estímulo, el de juego. Esos podrían
ser algunos lineamientos ideales, aunque no siempre
son posibles ni viables ni reales para algunas familias.
- ¿Y en relación a la educación
escolar?
- El mejor estímulo además del cariño,
del afecto, del sostén, que es alimento para
el aprendizaje, para el desarrollo, para la inteligencia,
está siempre en el hecho hablarles, en leerles,
en ayudarlos a comprender los ciclos naturales que
pasan en la vida cotidiana, en contarles historias
propias y ajenas, reales y fantaseadas; todo esto
va haciendo que el niño entre en un mundo que
es el mundo del conocimiento, que después toma
la forma estructurada y sistemática de la escuela
y que en principio tiene que ver con que vamos a transitar
el mundo del conocimiento. La familia es la que inaugura
a los niños en eso: ése es el rol fundamental
aunque a veces muchas familias inician este trabajo
cuando el niño comienza la escuela y ya hay
mucho tiempo de desventaja; a veces los niños
tienen poca conexión con el mundo del conocimiento.
Los papás no necesariamente tienen que ser
eruditos en algo, tienen que ser solamente curiosos,
ése es el solo requisito para poder estimular
a un niño: ser curioso.
- Es importante entonces el apoyo familiar ¿por
qué?
- Es fundamental, y no solo el apoyo familiar sino
la presencia y la existencia de un vínculo,
porque la enseñanza y el aprendizaje se dan
en medio de un vínculo, si ese vínculo
no está, se vuelve artificial, tediosa, pesada,
rutinaria, aburrida, poco estimulante; y el primer
vínculo que inaugura el aprendizaje es el de
la mamá con el bebé, el primer aprendizaje
que lo funda es la teta, saber tomar la teta, el amamantar;
entonces si esos vínculos primeros no están
enriquecidos, alimentados, el aprendizaje es un camino
bastante tortuoso, nadie lo disfruta.
- ¿Hasta cuándo es importante este apoyo
de los padres hacia los hijos?
- Toda la vida; va cambiando la calidad, la modalidad,
la frecuencia, el sostén, pero la presencia,
la permanencia, la fidelidad en la relación,
la calidez se necesitan toda la vida.
- ¿Pueden los padres colaborar con la educación
escolar? ¿De qué manera?
- Sí, pueden colaborar y la manera es estar
abiertos y disponibles al intercambio con el docente,
entonces eso hace que se empiece a gestar un trabajo
en equipo entre docentes y padres que son en realidad
coeducadores. Me gusta mucho usar esta palabra porque
educan con, educan junto a, esto es lo que hacen padres
y docentes cuando tienen un niño en común.
Entonces... colaborar desde la predisposición,
desde la cooperación, trabajar fuera de los
prejuicios, de no tener ideas muy estructuradas ni
mecánicas para poder encontrarse con el docente
y viceversa, el docente poder encontrarse con la familia,
aunque no responda a una idea previa.
- Por último ¿qué mensaje puede
dejarles a los padres?
- Yo en este tiempo lo que hago, por lo que trabajo
y por lo que me esfuerzo, es porque los padres podamos
comprender que de nuestro crecimiento y de nuestro
desarrollo depende el crecimiento y el desarrollo
de nuestros hijos; si nosotros no buceamos por dentro
nuestros hijos no van a saber muy bien quienes son,
si nosotros no leemos a nuestros hijos no les va gustar
leer, si no nos conectamos con la vida nuestros hijos
se van a conectar poco con la vida; volver a esas
premisas básicas de que todo se transmite a
partir de un modelo y de un ejemplo en una construcción
cotidiana de sacrificio, del esfuerzo, de elegir más
allá de lo que la sociedad elije, tener compañía.
También los animo a los padres a que no críen
a sus hijos en soledad, que críen en compañía,
porque somos seres de manada, necesitamos como otras
especies criar a nuestros cachorros en manadas, por
eso es bueno tener un buen vínculo con los
docentes y a su vez, los docentes tener un buen vínculo
con los padres.-
Desde Córdoba
- por Federico Grosso - docente - untrebol@hotmail.com