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 Toay- Agosto -2006

Estereotipo y marketing del juguete   Por Gabriela Ramírez


Existe una "ideología" del juguete.
Los juguetes reproducen el mundo del adulto y preparan al niño para aceptar como natural el funcionamiento de la sociedad burguesa. Por tal razón la mayoría de las personas en la sociedad imponen a las niñas usar ropa de color rosa y a jugar con muñecas, ollitas y pinturas, y a los varones a vestirse, preferentemente, de color celeste o azul y a jugar con camiones y herramientas. El juguete, que reproduce el mundo de las funciones adultas, hace que las niñas y los niños acepten como natural el modelo que les presenta la sociedad sobre sus futuras funciones. Así, en el futuro las niñas se desempeñarán en las tareas domésticas y en el cuidado de los niños, y los varones encararán una profesión fuera del hogar: serán ingenieros o, quizás, mecánicos. Sin embargo, hay posibilidades de escapar a estos estereotipos sexistas. No ignoremos esa inmensa mayoría de mujeres que no son pasivas, las que han optado por ser madres y trabajar fuera de su casa al mismo tiempo, las que tienen responsabilidades profesionales o desempeñan un rol importante en la sociedad.
La televisión para niños ha sido dominada por programas con personajes creados como juguetes y que posterior-mente salieron en su propio programa de televisión para promocionar su venta. Todos los personajes que salen en la pantalla son productos de venta en una forma u otra.
El héroe de los dibujos animados, que antes era parte de la vida fantástica del niño, se hizo real en forma de un producto de consumo: el juguete. Con esto se ve derrumbada la idea de que el juguete debe alentar el desarrollo de la creatividad, ya que la televisión no se lo permite porque le otorga al niño mundos ya creados.-




 

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