…y las luces se iban apagando.
Estaba parada mirando el muro,
esperando sus palabras. A nadie
había interesado su insufrible existencia,
¿por qué importaría ahora su
llegada?
Todo lo que podía tocar con sus manos,
al roce de las caricias se quemaba,
estaba dejando de sentir, y para esto
no decía nada, nunca nada.
Otros en cambio soñaban con madurar
aun después de arrancados y poder entender
sus bellas madrugadas, anhelaban sus ojos
con tal sinceridad saber responder con verdad
sin crear distancia, pero la distancia ya la sentía.
Cual mañanera la vida andaba,
no había secreto alguno que a su mirada
de ojos grandes se ocultara.
Temía incluso así que sus palabras lastimaran,
pero no notaba que aquella errante mañana
ya sabía lo que en su corazón se ocultaba.
Solo esperaba el tiempo, el momento justo
para apagarse y comenzar a ser distancia.-
Es entonces
Fue un día que el mundo me
mostró su luz azul, ese día vi nacer
la felicidad
en los ojos de los niños, vi que la distancia
se perdía detrás de la sonrisa de la
madre
que recibe al recién nacido. Entonces escuché…
que todo había comenzado,
el canto gris que marchita mi rosa murió siendo
olvidado.
Ya dejó su huella en la arena el paso del extraño
peregrino que va y viene
entre nosotros, y vi llegar el idioma poético
como una danza fácil de bailar.
Ayer lloré de frío por estar fuera del
mundo, pero hoy nada detiene la ilusión
que florece en los corazones felices. Todo aquello
lo vi como un sueño,
un deseo que en este día comenzó a crearse
en la realidad.-
Sin título
Debería no sentir miedo porque
con sus miradas estoy protegida. En cada palabra
va todo el oro de la raza que abunda en el sitio mismo
donde es destruida.
¡No me equivoco al hablar! ¿Seré
oída por el otro mundo?, donde no miran
sino a ellos mismos. No quisiera comprender más
de lo que comprendo, ahora que
conozco las voces que defienden lo nuestro; solo quiero
tomar sus manos y marchar
a su lado defendiendo lo que también es mío.
Así como hicieron muchos autores
reflejando en sus canciones el valor de una región,
yo impongo en mis frases
el valor del corazón, que defiende al folclore
de quienes no entienden su valor.-