Indio…
de raza araucana
tu sangre derrama
esa sobrehumana
fortaleza hermana
de Caupolicán.
Indio…
de indómitos bríos
que en valles y ríos
peleaste bravío
por el suelo impío
que te vio nacer.
El llano vio tu alejar
luchando como buen hijo.
adiós la Pampa te dijo,
y en esa desigual lid
entre ambición y venganza,
la verdad peleó con lanza
y la ambición con fusil.
Indio…
el blanco ambicioso
concretó el despojo
logrando tu arrojo
a fuerza y antojo
del mortal tralcá.
Indio…
a esta tierra diste
cuanto amor tuviste
y hoy no te resistes
a creer lo triste
de esta realidad.
Ya no ampara tu rucal
la sombra de los huitrú
y hasta el propio cahuellú
te llevaron los coná.
Hoy en las chiri curá
muy lejos de tu lellvún
se te congela el mollvúm
apresurando tu lan.
Vuelve…
que en primavera
de verdes praderas
la Pampa te espera
para darte entera
la añorada paz.
Vuelve…
hermano y amigo,
te daré mi abrigo
y el dorado trigo
cantará contigo
su son de amistad.-
Nostalgias Ranquelinas
Ranquel…
El viento del Oeste
con su canto agreste
clama por tu ser.
Ranquel…
Llaman las praderas
con voz lastimera
desde su vergel.
Ranquel…
Rebota aquel grito
en el infinito
bosque de caldén.
Chilcas
y jarillas
por tu ausencia lloran,
y en su llanto imploran
el verte volver.
Las estrellas
brillan
con luz empañada
en las madrugadas
de tu Loventé.
Y desde
su orilla
penando esa ausencia
ruega tu presencia
el Chadileuvú.
Y en la
parda arcilla
se ven rastrilladas
de tu retirada
con rumbo hacia el Sur.
Ranquel…
Hijo de esta tierra
que tras sucia guerra
el blanco robó.
Ranquel…
Guarda la arrogancia,
la fe y la confianza
que como semblanza
Nguenechén te dio.
Y un día
no lejano
junto a tus hermanos
los montes y llanos
volverán a vos.-